Foto de Satoshi TajiriEl término
Pókemon es el
resultado de la creación de un joven japonés llamado
Satoshi Tajiri.
Satoshi nació el
28 de Agosto
de 1965 en
Machida, un suburbio del oeste de Tokio. El lugar por
aquel entonces todavía tenía un paisaje rural: Había arrozales y algo de selva.
Ahí, Tajiri empezó desde pequeño a coleccionar insectos. Era considerado una
persona extraña y nadie esperaba que llegara tan lejos. Pero él transformó todo
lo que experimentó en la infancia en Pokémon.
"Cuando era pequeño",
comenta,
"quería ser Entomólogo (Nota: Profesión basada en el estudio
de insectos). Cada nuevo insecto era un misterio. Y siempre iba en busca de más
y más a distintos ríos, pantanos y bosques."En el juego, los Pokémon se encuentran en pastos altos, en el agua y en las
cuevas.
"Esta es una manera de permitirles a los pequeños coleccionar
insectos y otras criaturas".
El pequeño Satoshi no sólo jugaba
con los insectos del pantano. En su casa, devoraba historietas japonesas. Y era
fanático de los primitivos videojuegos.
"En 1978 era un adicto al Space
Invaders -comenta-. Recuerdo cómo maté a uno de los priméros invasores. Fue una
experiencia que marcó mi vida" .
Cuando terminó la secundaria, Tajiri
abandonó sus intenciones de ser entomólogo y les dijo a sus padres que no iba a
ir a la universidad. Ellos se horrorizaron: Como buenos miembros de la clase
media, esperaban que su hijo siguiera una carrera. Satoshi hizo un curso de
electrónica de dos años en un instituto Politécnico: Fueron los únicos estudios
formales que tuvo. A la vez, comenzó a escribir manuales donde descubría los
secretos de videojuegos como el Donkey Kong. Después de encuadernar él mismo su
primer "tratado", lo llevó a una librería de Tokio. A los pocos días, su buzón
se llenó de cartas de fanáticos que lo alentaban a seguir publicando. Satoshi
encontró así su primer nicho de mercado. No había ningún medio que trajera
información sobre juegos. Con los seguidores más fieles crearon una revista
llamada
Game Freaks, del tipo Fanzine (de fans para fans).
A los 18 años, Tajiri tenía su
primer negocio. Pronto, de las discusiones con los colaboradores de la revista
llegó a la conclusión de que los juegos que había no eran demasiado buenos.
Entonces decidió hacer uno propio. Empezó desarmando el sistema de un viejo
Nintendo para ver cómo funcionaba. Tardó dos años para desentrañar la lógica de
un Sega, y un año para desarrollar su primer juego:
Quinty. Pero el éxito
tuvo que esperar.
En 1991, Tajiri tuvo en sus manos un
Game Boy por primera vez.
"Tuve un clic y se me ocurrió la idea de
Pokémon", dijo. Lo que más llamó su atención fue la posibilidad de conectar
un Game Boy con otro mediante un cable.
"Pensé que los organismos podrían
pasar de un aparato al otro a través del cable", dijo. Cuando todos
conectaban sus Game Boy para competir, Tajiri estaba pensando en hacerlos
interactuar.
"Entonces -recordó-
no había Internet, donde la
comunicación puede dirigirse a cualquier lugar del mundo, pero es anónima. El
concepto de la comunicación por cable es bien japonés. Es como el karate: dos
jugadores compiten, se saludan el uno al otro."
A partir de esto Tajiri concibió la
idea de crear un videojuego llamado
Pokémon. Satoshi les presentó su
proyecto a los directivos de Nintendo, los dirigentes lo aceptaron pero no
demostraron un gran entusiasmo.
No fue hasta que
Shigeru Miyamoto
apareció que no se imprimió mayor dinamismo al proyecto. Finalmente después
de
6 años de trabajo salió a la luz
las dos primeras versiones de
Pokémon para
Game Boy, un aparato portátil de pantalla pequeña;
aunque para esa época la tecnología de dicha consola parecía obsoleta frente a
la capacidad gráfica que ofrecían por entonces las consolas de Sega, Sony o de
la misma Nintendo. Pese a esto, casi sin publicidad, se vendieron alrededor de
12 millones de cartuchos en dos años. Poco después del lanzamiento del
videojuego apareció la historieta, que traía las primeras cartas coleccionables,
y al año siguiente Nintendo creó los dibujos animados para la televisión.
Pero el éxito no llegó hasta que
Nintendo anunció que existía un Pokémon al que se le denominó #151 que se añadía
a al lista de 150 Pokémon ya existentes, y que sólo los mejores entrenadores
podrían capturar. Este Pokémon tan especial se convirtió enseguida en una
leyenda infantil. Las ventas del juego se multiplicaron. Como explicó Tajiri:
"El verdadero disfrute de los videojuegos radica en su simplicidad y en la
elaboración de una gran trampa". A punto de convertirse en uno de los
diseñadores de juegos top, Satoshi tenía su revista cerca de la quiebra y había
vuelto a vivir a la casa de sus padres. Un deshonor para cualquier otro joven
japonés, aunque no para él. Luego el videojuego obtuvo la fama que propició su
salto a los Estados Unidos y de allí al mundo convirtiéndose en el éxito que es
ahora.
Hoy, el tímido creador de 40 años,
tiene sus oficinas en un edificio de Setagaya, un barrio de universidades. Como
rutina, se mantiene despierto durante 24 horas seguidas y después duerme doce,
un ritmo difícil de seguir para cualquiera que no sea una criatura virtual.
"Trabajé así los últimos tres años -comenta-
. Para tener ideas es mejor
estar despierto día y noche", recomendó.